Con el auge de las redes sociales, cada día somos más los que nos animamos a compartir al mundo nuestras vivencias en forma de fotos. Una tarde con amigos, un paisaje idílico o un atardecer en la playa son ejemplos que se nos vienen a la cabeza. También existen muchas personas que muestran su interés por la fotografía de animales y plantas que viven en el entorno que los rodea. Y los invertebrados no son una excepción a esto. Son numerosos los grupos en los que se pueden compartir imágenes de estos pequeños seres para pedir una identificación a un experto o para mostrar la belleza de una foto en particular. Sin embargo, detrás de una imagen puede haber mucha información relevante para la ciencia, especialmente en el caso de las abejas.
Si tomamos una foto de una abeja visitando una flor, estamos inmortalizando una interacción que podría ser muy útil para conocer la biología de ambas especies. Son numerosos los casos de plantas canarias cuyo polinizador se desconoce, por lo que estas aportaciones ayudan a conocer la historia natural de nuestra biota. Otro detalle importante es la fenología, ya que se puede cuantificar el periodo en el cual vuelan distintas especies simplemente sabiendo cuándo han sido fotografiadas. Por ejemplo, si encontramos fotos de una especie entre marzo y mayo, esto nos hace pensar que se trata de una especie primaveral.
Por otra parte, las redes sociales pueden ser una gran fuente de información sobre la distribución de las especies, incluso pudiendo detectar la presencia de especies de llegada reciente. Por ejemplo, en este post comentamos cómo gracias a las fotografías de Facebook de varios usuarios, hemos podido detectar la llegada de una nueva especie para Gran Canaria, la abeja carpintera Xylocopa pubescens, con las posibles implicaciones que eso conlleva.
En junio de 2020 comienzan a aparecer en el grupo de Facebook “Fauna Vertebrada e Invertebrada de las Islas Canarias” imágenes de una especie de abeja que sorprende por su gran tamaño. Son tomadas en Gran Canaria y corresponden con una especie del género Xylocopa. Sin embargo, no se trata de X. violacea, una especie que ya se conocía en la isla, sino que es otra especie desconocida. Estas observaciones se siguieron produciendo hasta octubre del mismo año y aún se desconocía la identidad de la especie. Por ello, se capturaron ejemplares para su análisis genético mediante la técnica de barcoding (secuenciación de un fragmento de ADN mitocondrial que permite la identificación de la mayoría de las especies de animales). Tras comparar con una base de datos de secuencias de ADN se comprobó que los individuos de Canarias eran prácticamente idénticos a X. pubescens, una especie del Medio Oriente y el Norte de África que recientemente se ha encontrado en las penínsulas Balcánica e Ibérica. Así, se pudo identificar con seguridad esta especie incógnita.
La detección reciente de esta especie parece sugerir que se trata de una nueva especie introducida en las islas. Debido a que esta especie construye nidos en madera, una potencial hipótesis es la llegada a Gran Canaria a través de mercancía de madera en el puerto de Las Palmas. Ello está reforzado por la gran abundancia de observaciones alrededor de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Todavía no se ha evaluado el impacto potencial negativo de su llegada sobre las abejas nativas, por lo que es importante seguir vigilando su propagación en la isla y evaluar sus posibles impactos en los ecosistemas canarios. Valorar cómo ha llegado y qué posibles efectos puede tener es competencia de científicos y técnicos especializados, pero lo que está claro es que su llegada no se habría detectado tan rápidamente de no ser por la ciencia ciudadana. Este es un claro ejemplo de cómo la ciencia puede avanzar gracias a las contribuciones de personas ajenas a este mundo, haciendo algo tan sencillo y cotidiano como compartir fotografías en redes sociales.
Si quieres consultar más información puedes ver nuestro artículo.
Texto: Daniel Suárez
Abejas de Canarias 
4 comentarios sobre “La importancia de la ciudadanía en la ciencia. El caso de Xylocopa pubescens”